Hoy fui a la playa y me hundí en el agua, nadé hasta China.
La cabeza sumergida, el mundo subía y bajaba.
Los hoteles y las luces de la cuidad enfrente, los oídos hacían un sonido hueco, musical, el latido de mi corazón en los oídos, como los auriculares—-
todo el mundo camina con los auriculares puestos, me pregunto si quieren bucear en su mundo interior, si quieren huir, si escuchan historias, un curso de idiomas, clases de pintura o de alemán.
El ruido golpea en mi cerebro, el canto de las ballenas debe sonar igual, pero yo no soy un pez. Sólo nado en esta primavera, me aíslo, para luego volver.
El golpeteo de las olas contra los muslos, el cráneo sinuoso.
El frío me hace imaginar salidas de la historia: desenlaces.
Impala girl.
.
Cuando regresé, seguían en el estudio. Les vi a través del cristal, concentrados en la música. Como si bucearan en su propio océano, las cabezas aisladas de la tierra. Las palabras escogidas, las más personales.
Queremos hacer arte de este huir del mundo por unas horas.
La hora del crepúsculo, la hora azul.
Salir a la superficie y boquear.
El océano es un instrumento musical, como la voz humana. Y yo no paro de hundirme, buscando perlas, que serán dientes y serán canciones.
Son 8 horas, trabajo como una oficinista. Pero necesito estar en el estudio. Luego el mar. Que es como volver a llevar auriculares.
Las paredes son rojas. Canto en el centro de un órgano vital. The core. El corazón, supongo.
Después de nadar siempre encuentro la solución, incluso lo más tedioso, las partes inconexas. No todo el tiempo estamos sublimes, caballeros.
.
Much,
much love,
Y.
Mercromina, indie sounds. The core. Otra vez.
.
Meet our Impala people!
.
.
.
time travel through the senses