Estoy leyendo el Mundo turbio de Fernando Alfaro a salto de mata, expresión silvestre- no sé por qué me expreso así, y aquí,
tumbada rodeando el portátil como una culebra.
Mal día, hace mucho calor y y yo dormía con dos abrigos encima de la cama estas últimas noches. - Nausea.
Descripción de hermanos carnales turbios. Dos nadadores, uno con la boca abierta gritando, la boca bajo el agua, dibujada "turbia".
La elección de los adjetivos, cierto lenguaje de cierta ciudad, que se note de dónde vienes.
Y que estudiara bellas artes. La hermana carnal.
Todo el asunto de las dr0gas y la rehab y vuelta a caer, y las palabras escritas, los cuadernos y los dibujitos, y que el padre se asomara por la puerta.
El piso alquilado, las 0rgías en el colchón, un cuadrilátero de cuerpos, pero no los describe.
Porque estás hasta arriba de benzos.
Los 80. los 90.
Y mi propio padre, asomándose por la puerta, como decía él: "es su refugio, que no le quiten su habitación."
Y que se muriera.
Y que no le haya dicho nada de esto. (Qué).
Que pudiera verme ahora.
Se lo escribiría como una carta, un relato, no turbio. Como dijo Marina Julieta en su revista de arte : "coroideo"... Con ese mismo adjetivo.
Dios. ¡Como si tuviera paciencia para leer mis neuras!
Partimos del tono de voz de Marguerite Duras. En gris turbio. Me gusta mucho y lo leo muy muy despacio, saltando matas y volviendo a caer, placenteramente. Me espera la melancolía de la primavera.
O es un descanso, no todo va a ser deprisa, deprisa.
Mañana sigo.
Por ahora tengo una cita con mis náuseas.
xo