“Self-portrait with Fränze und Monkey” 1934 by Hanns Ludwig Katz (German Jewish, 1892-1940)
Es impracticable.
Intratable, no hay trato, no negocio.
Me abalanzaré sobre cualquier hombre que mínimamente se parezca a ti, hombros anchos, la camisa azul, pelo negro, ojos como los tuyos, y la nariz, aunque no huela igual. Si me recuerda a tu cuerpo voy a arrastrarlo hasta un sitio oscuro. Esta calle me vale, junto al café, enfrente del museo. No, no en el museo.
No me vale.
En lo alto de la colina, en el museo, rápidamente contra el quiosco de periódicos, contra los cristales sucios, ahora que está cerrado.
No me dejas otra opción porque eres cruel conmigo, no atiendes tus asuntos como deberías, y yo pago todas las consecuencias. Escribo para que te des cuenta. Y te enviaré una mujer como yo en una carta, o que no tenga nada que ver conmigo. ni la carta tendría nada que ver conmigo. Porque no soy yo. Y te desahogarás con ella. Para que yo pague por todo lo que me estoy haciendo con este hombre en la distancia y no puedes tocarme ni yo a ti [ilegible]...
Y haz vudú, haz esto y aquello. y obligarme a mirar, sentada en una silla, las piernas abiertas, los brazos en alto, enganchados en el pelo, estas cosas tan femeninas. Porque se me está olvidando cómo habrá cambiado tu cara en un año, y no sé cuándo me voy a poner al día con tu ceño fruncido-qué país de mierda qué país… qué país de mierda - la textura de la piel y la ternura y la salvajada que veo en tus ojos.... había escrito que miran sin burla , pero lo que quería decir es que te lo tomas todo tan en serio, que no te ríes de ti mismo, y si lo haces no entiendo cómo me estoy olvidando de mí misma o de mi intuición.. me pierdo en esto porque me arde la piel y estoy harta de escribir. O harta de la distancia y lo imposible.
Mis pezones se ponen duros, salgo a los bosques y me tumbo en la hierba y las castañas fermentan ... Ja. Nada como excitarse contigo en esta mala hora y no esperar nada.
Tienes que venir y pasarte dos días durmiendo y yo dejaré que te repongas, y te alimentaré y no dejaré que nadie te interrumpa...
...Te traeré comida y cartas y mujeres y te aburrirás al final....
(Todo esto es como una metáfora, si no vienes es como si estuvieses con otras y con comida y cartas y tus libros, y yo esperando en la puerta... es enfermizo. Y es escribir a las tres de la mañana. Y no es real. Y lo odio).
Lo que quiero es meter la cabeza entre tus piernas, morder tus ingles. Te ahogaría entre mis muslos. No vale pensar en lo que te haría a pesar de la cara que pongas, ya no me importa lo que digan tus ojos, ni burlas ni miserias ni ternuras ni misericordias, ya no me conmueves.
La sangre burbujea por mis piernas... I´m having the Mittelschmerz. - Mi cuerpo es más estúpido que yo. Tengo que hacerlo yo todo. Estoy tan pendiente de todo. Y eso agota y termina en estallidos de ira.
Duelen los capilares que gorgotean al llegar a los músculos de los pies. Y desde los ojos, V, pues qué hermoso eres cuando sales a correr, los pantalones negros y la braga en la cara, en el cuello. Todo es sexual, cruzo la calle. esto es tan sexual, moverse tan rápido por estas calles, buscando a mi hermana, el café caliente contra el pecho, el líquido se derrama, quema, empapa las servilletas, ya no sirven y ya no sirve nada ni queda café. Las servilletas lo han absorbido todo, como los filtros con servilletas de papel colando café en el campo hace veinte años, oro líquido.
Correr en zig-zag por la calle. V en la terraza del café, el domingo, a las 4 y media, con una lata de Nestea y otra de red bull, y yo me empeño en el café, soy fiel hasta el infarto. Hasta la muerte, V.
Se acaricia el pelo.
No puedo comer.
Tormenta nocturna.
Se acabó entrar en locales para nada. A ver cómo aguantamos este invierno. Aislados en casa.
Siempre tuya,
Y.