(V pone los pies encima del escritorio, abre una lata de cerveza y escribe lo que le da la gana)
Basta. No me habléis.
Barrido de agua, pinos y chicas en vestidos ceñidos de punto. Sudo. Me desnudo. No vale la pena vestirse. Ya no.
Salgo a andar, los vaqueros ajustados. Botas anti serpientes. Después de todo un día perdida por el campo, pelo los vaqueros y dejo la camiseta blanca también empapada en el suelo. Mi amor, sacas lo peor de mí.
Mete su mano entre mis piernas.
Creía que se había hartado de mí.
Mi amante lleno de pathos empuña la pluma, la mía, la afilada, literalmente, habla, articula sonidos, los escritos por mí. Me clava la punta dorada en la cadera.
Mi propia pluma, dejando sus huellas en el dorado gastado y el azul, la fricción de mis dedos. La mano bajo la barbilla, empuja hacia arriba y miro al techo, me romperá el cuello. Northern lads go this way.
Eso son tópicos, sólo describe los hechos tal y como ocurrieron.
No me atrevo a moverme, por si cambia de idea, por si las cigarras se callan, por si ha pasado el tiempo, y amanece.
No es de noche aún, mujer torpe.
Escribe mejor.
Qué escribes.
Lo que hacemos.
Pelo largo hasta la cintura, ponte derecha. ¡Más!
Me ata a la silla.
Ojo por ojo.
Me lo debes.
(----- esto no tiene fuerza, más falso y cobarde, puritano como un progre. Lo que quiero decir, a riesgo de molestar a los vecinos, que mis tecleos les despierten, es un portátil, y la música está bajita...)
Lo que le da la gana.
Casi lo castran: la mad doctor tenía un mal día, o los del norte somos así, te haces una revisión ocular y te castran para aprovechar el cuchillo. Carcajadas contagiosas, todo el valle reía, se abroncaba luego, bebía, pateaba puteaba, se moría de rencor, que es deseo insatisfecho, la poesía se derramaba por los poros--
Tarantino puso su ojo en él, lo castró. - Escribió.
Le echó el lazo y se lo llevó a su mansión en la colina más alta de Hollywood...
Hmmm.... cuántas colinas hay en Holy Woods. Siete tetas. O nueve.
Dio otro sorbo a la cerveza.
Esa visión, “este hombre me pertenece”, citando a Bram Stoker, esa alucinación. El sol en Hollywwod: no has pasado tanto calor en tu vida.
Pierdo el conocimiento.
Las 3 de la tarde es la mejor hora para beber una lata de cerveza en el valle, sola, con las cigarras atronadoras. Y mis carcajadas, recordando el suceso, borracha de éxito. Ah ah… un orgasmo recordando sus dedos dentro de mi garganta,
profunda
voz
en
el gran cañón
de pistola
con la que dispararé.
Pluma clavada en la cadera, no hay tinta, la gasté toda anoche, lo que hago no es dormir, pero no duermo.
Como tortugas, bebo leche de cabras locas.
Mi amante me ama, me ama. Amo. Amo.
...
…
Vuelvo a la carretera deseando que me atropelle un coche, que acabe con esta voz.
Entierro el móvil en un hoyo que hago con las manos.
Paranoia y sol blanco.
Desentierro el móvil y vuelvo a casa.
Mi amante escribe.
Tienes que practicar leer en voz alta, está lleno de tropezones y tienes una herida en la cadera----
…
…
Cada fragmento da para desarrollar una historia. Una que te asuste, otra que te ponga más caliente que el palo de un churrero... Eso sí, todas te tienen en vilo hasta el final imprevisible
¡Guapa! 😊